no volverè siquiera la mirada,
para mirar a la mujer amada,
pero dìmelo fuerte de tal modo;
que tu voz como toque de llamada,
vibre hasta el màs ìntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo,
y hiera el corazòn como una espada.
llegarè a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular,
màs he de compensarte mi retardo,
difundièndome oh Cristo como un nardo,
de perfume sutil, ante tu altar.
By Amado Nervo...
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